La Ruta

Desde febrero de 2013 diferentes pueblos y ciudades de Andalucía se han unido para construir una ruta turística diferente, que muestre la belleza de su pasado, de su naturaleza, la afabilidad de sus pobladores, lo mejor de sus costumbres, la mejor muestra de sus culturas populares… Todos unidos por la memoria de Blas Infante. El hilo conductor de esta original ruta turística será sin duda lo mejor de Andalucía, sus playas mediterráneas y atlánticas, sus paisajes de interior o de costa, sus gentes, sus fiestas… Los mismos lugares que conoció y defendió tras su Ideal Andaluz, el Padre de la Patria Andaluza. Y, por supuesto, respirar los mismos lugares que transitó Blas Infante Pérez de Vargas.

Les invitamos a conocer los ochos municipios que han comenzado ya a andar y caminar la llamada Ruta de Blas Infante.



Archidona
Archidona
Casares
Casares
Castro del Río
Castro del Río
Coria del Río
Coria del Río
Isla Cristina
Isla Cristina
Manilva
Manilva
Peñaflor
Peñaflor
Cantillana
Cantillana
Castro del Río Archidona Casares Coria del Río Cantillana Peñaflor Manilva Isla Cristina

Los Pueblos

Castro del Río

En este viaje por los pueblos de Blas Infante haremos una escapada al municipio cordobés de Castro del Río, para conocer un lugar de vital importancia donde se produjeron los movimientos campesinos y jornaleros que fijaron aún más los ideales de tierra y libertad del padre de la patria andaluza.

En esta villa, asentada junto al río Guadajoz, afluente del Guadalquivir, han sucedido los grandes momentos de la historia. Los primeros pobladores de Castro del Río, los encontramos ya en la Prehistoria. Los estudios de sus tierras nos demuestran la intensidad de su poblamiento y la benevolencia de las mismas desde la Edad de los Metales. Se han encontrado restos neolíticos, ibéricos (recinto fortificado y exvotos), cerámica griega y campaniense, inscripciones romanas y visigodas,… lo que demuestra la bondad de estas tierras, hoy dedicados al olivo y a la vid.

La Villa de Castro del Río sufrió todos los vaivenes políticos y militares que caracterizan la historia más temprana del siglo XIX provincial. La enfrentada realidad socio-económica de Castro, junto a la temprana conciencia social de su grupo proletario, fortalecieron el predominio incuestionable de las corrientes libertarias en el periodo finisecular del siglo XIX y en buena parte del XX.

Desde 1913, Castro del Río se convertirá en la "Capital del sindicalismo cordobés", en palabras de Díaz del Moral. Y a partir de abril de 1915, la FAN (Federación Nacional de Agricultores) tendrá en Castro su cabeza centralizadora para toda la región cordobesa. Esta relevancia culminará con la celebración de los Congresos anarcosindicalistas de 1918 y 1919.

Estos congresos y su influencia sobre el movimiento político andaluz y en el propio Blas Infante son de esencial trascendencia. La enfrentada realidad socio-económica a la que hemos hecho mención unido a lo dicho anteriormente, tendrá sus consecuencias en los siguientes años y sobretodo en la represión sufrida después de la Guerra Civil de 1936.

En la actualidad Castro del Río es un municipio que fundamentalmente se sigue dedicado al campo, con grandes cultivos de olivo que producen un magnífico aceite con denominación de origen. También sus viñas producen un vino característico de la campiña cordobesa. Pero sin duda llama la atención la singular y única artesanía de muebles con madera de olivo. Famosas son las sillas y mecedoras que han salido de las manos de los artesanos del olivo. Un bello mueble que identifica el municipio con la delicadeza y la sabiduría del pueblo andaluz.

Archidona

En la comarca nororiental de Málaga, anclado sobre la falda de la Sierra de Gracia y dominando un horizonte de suaves ondulaciones, Archidona se mece entre la leyenda de los enamorados y la realidad de un rico patrimonio arquitectónico declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1980. Este es el lugar donde Blas Infante estudia sus primeros años y abre los ojos a la realidad social de su Andalucía.

Entre 1896 y 1899 su familia lo matricula como alumno interno del colegio de los Padres Escolapios de Archidona. Una de las causas fue que tenía un destacado profesorado; El padre Salvador Jiménez Coronado, fundador del Observatorio Astronómico de Madrid, o Jorge López, citado por Galdós en los Episodios Nacionales, consejero del Infante Francisco de Asís, futuro rey consorte. Estudiantes de toda Andalucía acudirán a este Centro que hoy alberga el Instituto "Luis Barahona de Soto", siendo uno de los pocos edificios que lleva más de doscientos años dedicado a la enseñanza.

En este ambiente juega, estudia y convive con los hijos de jornaleros, mientras recibe una educación ilustrada, liberal y renovadora. Es aquí donde escucha y aprende a cantar por primera vez el Santo Dios, himno de los padres escolapios y que serviría de base al himno de Andalucía que escribirá más adelante en Cantillana. En este centro archidonés entra en contacto también con la conocida “Puerta de la guiropa”, lugar por donde los sacerdotes repartían diariamente a los jornaleros una sopa de patatas con carne, denominada guiropa y de ahí el nombre de la puerta que el padre de la patria aludirá después en sus escritos.

Será también aquí donde Blas Infante comenzará a descubrir el pasado andalusí de nuestra tierra.

Como en las intrahistorias de otros muchos pueblos andaluces aparece la cuestión morisca. En Archidona aún queda recuerdo de ello hasta en el nombre de alguna calle. Presencia importante a principios del siglo XVII, y que al parecer no llegan a ser embarcados tras los decretos de expulsión. La ciudad ofrece lugares donde recordar esta presencia morisca que conforma el crisol de culturas que es Andalucía. Archidona refleja en sus monumentos el paso del tiempo y las culturas . Entre su patrimonio destaca el castillo, donde se conserva la única mezquita de la provincia, y que tras la reconquista fue convertido en el santuario de la Virgen de Gracia, patrona de la localidad. También la singular plaza Ochavada, del siglo XVIII, de planta octogonal de influencia francesa donde se mezclan rasgos del estilo mudéjar con el barroco andaluz. Se trata de un conjunto arquitectónico de gran belleza en el que, como ocurre en la ermita de la Virgen de Gracia, los arcos y pilastras de los edificios son de ladrillo rojo en tanto que el resto de la fachada es de mampostería pintada de blanco.

Además de este magnífico patrimonio histórico Archidona cuenta también con un importante patrimonio natural, Las lagunas de Archidona o la Hoz de Marín son enclaves obligados para los amantes de la naturaleza. Cabe destacar la conocida Peña de los enamorados, a medio camino entre Archidona y Antequera, origen de la leyenda de los enamorados que Blas infante veía desde el observatorio de las Escuelas Pías y que después plasmaría en el fresco de su Villa Alegría.

Casares

Enclavada entre la Serranía de Ronda y el Mediterráneo, con el río Manilva al Este y el arroyo Vaquero al Oeste, se encuentra la villa de Casares. Paradigma de pueblo blanco andaluz, de fisonomía inconfundiblemente andalusí y exquisita arquitectura popular, Casares es un majestuoso pueblo de tradición agrícola y lleno de abnegadas historias de vida. Considerado uno de los pueblos más bellos de la provincia de Málaga y declarado Conjunto Histórico Artístico desde 1978, su historia de dignidad e integridad no solo se queda en haber sido uno de los últimos reductos andalusíes en caer, ni en haber sido una de las pocas plazas fuertes que no se dejaron avasallar por las tropas galas. Sino que además, el 5 de julio de 1885, poco después de las 11 de la mañana, Casares ve nacer al más ilustre y relevante de sus ciudadanos: Blas Infante Pérez de Vargas.

Todo Casares está lleno de su recuerdo.. Nada más llegar al pueblo, subiendo la pausada cuesta de la calle Carrera, en el número 51, tendremos la oportunidad de visitar la Casa Natal de Blas Infante. Este será el punto de partida de este viaje por la Ruta de Blas Infante: la casa donde nació. La casa natal ha sido remodelada recientemente en 2013, si bien el inmueble fue comprado por el ayuntamiento e inaugurado en 1998, y se ha cambiado para cumplir una mejor didáctica de cara a la ciudadanía.

Uno de los objetivos de esta nueva etapa es ofrecer al visitante la conexión entre el Andalucismo Histórico y la defensa de Andalucía en la actualidad. No se entiende Andalucía si no miramos hacia aquellos que lucharon por su identidad y territorio ya a finales del siglo XIX. Blas Infante era el máximo exponente de aquellos pioneros y ha sido el que nos ha proporcionado el mejor legado para las luchas por la Autonomía en los años 70 y 80. No se entiende tampoco Andalucía si no miramos nuestra historia más reciente: la lucha por la tierra, la vivienda, la cultura andaluza…. La exposición En defensa de Andalucía y la vitrina dedicada a la Memoria Democrática de Andalucía contienen este objetivo.

Y por supuesto podremos encontrar la biografía completa de Blas Infante de forma didáctica en paneles explicativos y con un documental sobre su vida y relación con Casares. La casa natal además alberga la reproducción del certificado de nacimiento y la edición facsímil de La Constitución de Antequera de 1883. Al abrir las ventanas de la casa veremos el magnífico pueblo de Casares.

Pasear por sus calles más llanas les hará encontrar con una rica actividad comercial, bares y restaurantes de gran calidad, donde se ofrecen manjares propios de la zona, acompañados siempre del extraordinario pan autóctono.

Y la oferta para el visitante es muy grande, pues su gran término municipal contiene maravillas naturales que propician el deporte como la escalada, el senderismo, la bicicleta… y otras prácticas de turismo activo. También es recomendable bañarse en las aguas sulfurosas de unos baños de origen romano, Los Baños de la Hedionda, muy frecuentados en vida por Blas Infante y por su madre Ginesa, que por su salud lo necesitaba, en el que compraron incluso un barracón para que pasara algunos veranos allí.

Un buen lugar donde venir a pasar unos días, conocer sus alojamientos y hoteles, bien preparados para el turismo. Una experiencia única, conocer un pueblo de montaña que nace en el Mediterráneo, en plena Costa del Sol, y que fue la cuna del padre de la patria andaluza.

Coria del Río

Tras la dictadura del General Primo de Rivera, Blas Infante vuelve a permutar su notaría, ahora por la de Coria del Río, y establece su residencia al poco tiempo en Dar Al Farah (Casa de la Alegría) en la que es la única propiedad de toda su vida. Hoy es Casa-Museo y forma parte del recinto museístico del Museo de la Autonomía de Andalucía, que difunde la lucha por la Autonomía andaluza. Junto a la casa natal de Casares, esta casa es uno de los patrimonios más importantes conservados de Blas Infante, y un fuerte atractivo para conocer la vida y obra del genial andaluz, así como de la historia de Andalucía.

Sobre un altozano que domina el Guadalquivir en Coria del Río, limitando ya con Puebla del Río, Blas Infante diseñó y construyó en 1931 su propia casa. Allí habitó con su familia hasta su detención en 1936.

Los visitantes pueden recorrer las estancias originales, restauradas recientemente, y a la vez disfrutar de un innovador discurso museográfico que permite redescubrir la figura del Padre de la Patria Andaluza y revitalizar los fundamentos de su pensamiento.

Todas las visitas comienzan atravesando el Museo de la Autonomía de Andalucía. Antes de llegar a la casa pasaremos por los jardines que él mismo creó con especies autóctonas de Andalucía, y se accede a la vivienda que cuenta con doce espacios temáticos.

La construcción de la casa corresponde a la última etapa de su vida, entre 1931 y 1933. Posee un estilo muy personal que mezcla elementos de varias épocas y tradiciones, alejándose del regionalismo típico de la construcción de principios del siglo XX.

Por fuera destaca su apariencia sobria, con muros de ladrillo coronados por almenas escalonadas propias de la tradición almohade. Por dentro, la casa combina una serie de elementos como yeserías, azulejos, pinturas murales, muebles y columnas que conforman un interior ecléctico y abigarrado que encierra una profunda simbología.

Como estancias más destacadas se encuentran el comedor principal de la familia Infante, que recoge en sus cuatro paredes pinturas murales de estilo orientalista como reconocimiento del papel de la cultura musulmana en la historia de Andalucía; la biblioteca, que consta de más de 1.500 volúmenes; o el despacho, en el que pueden contemplarse algunos de los objetos habituales de su trabajo, como el sillón o el archivo de los documentos personales y profesionales.

Desde esta casa Blas Infante propicia la transformación de los Centros Andaluces- aquellos que se crearon en 1915, de los cuales el sevillano fue el primero-que revitalizan y el proceso estatuario durante la IIª República.

La cercanía a Sevilla facilita a Blas Infante, además de abrir despacho también allí, participar activamente en su vida política. Así en 1931 se presenta de nuevo a unas elecciones, esta vez en la Candidatura Republicana Revolucionaria Federalista Andaluza. También en esta época tras numerosas propuestas se establecen la letra y música del Himno de Andalucía que se estrena unos días antes del golpe de estado.

El 2 de agosto de 1936 Blas Infante es detenido por los sublevados en su casa de Coría del Río y conducido a la Cámara Agraria, donde Falange Española de las JONS había instalado su cuartel. Unos días más tarde es trasladado al antiguo Cine Jáuregui, también reconvertido en este caso como cárcel. De allí lo sacan la noche del 10 al 11 de agosto para fusilarlo a la altura del kilómetro 4 de la carretera Sevilla-Carmona.

Al día siguiente su cuerpo es trasladado al cementerio de San Fernando de Sevilla, al desconocer su familia su paradero y no poderlo reclamar hoy sigue enterrado en la fosa común.

El km 4 de esta carretera y la Casa de la Alegría, son declarados en 2011 como los dos primeros Lugares de la Memoria Histórica que reconoce la Junta de Andalucía.

Desde la Casa de la Alegría, aún hoy se puede observar el magnífico paisaje del pueblo de Coria extendiéndose hacia el río. De gran belleza, ha conservado un rico patrimonio gracias al cuidado y cariño de sus gentes. En el casco antiguo encontramos calles siempre ajetreadas donde la vida discurre entre vendedores ambulantes de camarones y frutos del campo de temporada, como los higos chumbos. Este pueblo milenario, posee un fuerte atractivo turístico para cualquier visitante. Además de la visita obligada al Museo de la A. y la Casa de la Alegría, es menester pasear por sus calles y encontrarse con su pasado y su realidad.

Cantillana

Tras aprobar las oposiciones a notario con 24 años, debe esperar un año para tener la edad legal para ejercer. Es entonces cuando toma posesión de la notaría de Cantillana, que mantiene de 1910 a 1922, en la esquina de la calle Iglesia con la antigua Severo Ochoa, justo hoy donde se encuentra una placa conmemorativa. En la casa contigua reside con su esposa Angustias tras el matrimonio de ambos en 1919, aunque este edificio hoy no se conserva. Durante doce años paseó por las calles del casco viejo de este pueblo de la vega sevillana. En esta época en el pueblo mantiene amistad con personalidades del movimiento fisiocrático y conoce al médico anarquista Pedro Vallina, que inaugura un sanatorio antituberculoso en las afueras de la localidad. Y por supuesto ingresa en el Ateneo de Sevilla donde seguirá la actualidad social y política.

Este pueblo blanco de la vega sevillana, puerta de la sierra norte, manifiesta una gran belleza en sus calles, que recogen el fervor religioso de sus gentes, una seña de identidad de este pueblo.

El interés de Blas Infante por la cultura andaluza, crisol de civilizaciones milenarias, le llevó a ser un gran aficionado a las leyendas, a los cuentos populares andaluces…y a escuchar lo que sentía el pueblo andaluz. En Cantillana vuelve a escuchar el Santo Dios a los campesinos, segadores y jornaleros, relacionándolo esta vez con el trabajo y con la tierra. En estos años escribe el Ideal Andaluz y mantiene una actividad política intensa en la capital, inaugurando el primer Centro Andaluz en 1916. Y en cuanto a su actividad profesional desarrolla un gran trabajo por Lora, Peñaflor y Puebla de los Infantes.

Un paseo por sus calles. Callejón de las flores, Plaza de la Misericordia…llegar a la muralla antigua del pueblo, acercarse al Hospital de todos los santos, la torre del reloj… entrar en sus iglesias y ermitas, es un agradable paseo por un pueblo típicamente andaluz, donde destacan además de sus casas blancas y limpias, la cantidad de azulejos que han ido decorando sus fachadas. Y saludar a la vega del Guadalquivir, asomándose a su paseo mirador, donde hay un recuerdo en forma de cruz a los pescadores y barqueros que allí en otro tiempo existieron.

Peñaflor

Como extensión de la de Cantillana, Blas Infante pasa notaría en el Ayuntamiento de Peñaflor, en la actual Casa de la Cultura. Allí conoce a Angustias García Parias, con la que contrae matrimonio el 19 de febrero de 1919 en la capilla de su propia casa familiar, situada en el número 5 de la antigua calle Larga. Él tiene 34 años y ella 28. En esta época también es la primera vez que Blas Infante concurre a unos comicios, concretamente a las elecciones a Cortes de 1919, por el distrito de Gaucín. Al mismo tiempo también lo hace por el distrito de Sevilla en la Candidatura de la Democracia Andaluza, junto a Alejandro Guichot e Isidoro Acevedo. Años de intensa actividad política antes de su marcha a Isla Cristina.

Peñaflor se encuentra situado en la margen derecha del río Guadalquivir, en la zona más oriental de la provincia de Sevilla, limitando con la provincia de Córdoba. El hecho de que esté ubicado entre el valle del Guadalquivir y las estribaciones de Sierra Morena convierte a Peñaflor en un lugar idóneo para realizar por la vecina sierra, rutas de senderismo, ecuestres y de cicloturismo.

Lugar de contrastes, donde las tierras de secano se mezclan con el regadío, las huertas de naranjos con las dehesas, las ganaderías de reses bravas con la caza de conejos, liebres, perdices o jabalíes. En su flora predomina la vegetación mediterránea: encinas, alcornoques, acebuches, coscojas y monte bajo, especies entre las que nacen exquisitos espárragos trigueros.

Manilva

Muy cerca de Casares, en el municipio de Manilva, Blas Infante pasó inolvidables momentos en muchas excursiones a sus playas o camino de Gibraltar, ciudad que visitó en más de una ocasión. En Sabinillas, barriada costera de Manilva, su hermano Ignacio compró una finca para que la familia se reuniera en verano, pues es Juez de Alcalá de Henares y sus padres han mudado residencia a Madrid. Esta casa fue recuperada por el Ayuntamiento y mantiene el nombre de Villa Matilde, nombre de la cuñada de Blas Infante, y es un espacio cultural reseñado con una cerámica como lugar infantiano.

En esto bello pueblo malagueño donde la Costa del Sol se encuentra ya con la provincia de Cádiz, se puede avistar África. En sus playas paseó y disfrutó de la belleza de nuestra tierra.

Hoy en día Manilva, con sus núcleos costeros, Sabinillas y El Castillo, es un lugar preeminentemente turístico que conserva todavía población trabajadora en el sector primario, tanto en el campo, donde destaca el cultivo de la vid y la explotación de la uva moscatel de mesa, la pasa y el vino. Y también la extracción pesquera, con un puerto pesquero para la flota de pesca artesanal, que aún hoy conserva viva sus tradiciones y ofrece gustosos productos a los visitantes y una experiencia única para conocer de primera mano estos tesoros tradicionales.

La tradición pesquera se puede apreciar en las barriadas costeras de Sabinillas, donde se puede pasear por el bello barrio de la Virgen del Carmen, magnífico espacio de callecitas pueblerinas que hablan de la sencillez y amabilidad de sus gentes. Sus habitantes, personas muy dinámicas que cada día dan vida con negocios de los más variados y ofreciendo servicios a los turistas. Y otro paseo inolvidable por El Castillo, barriada que conserva un Castillo del siglo XVIII, y que tiene afamados restaurantes donde degustar pescados de la zona. El Castillo y su recinto está abierto al público donde se pueden disfrutar de actividades culturales y de ocio, y visitar la exposición permanente del Museo de la Esgrima y el Museo Municipal Arqueológico.

Isla Cristina

Blas Infante Peréz de Vargas llega a Isla Cristina, provincia de Huelva, en el año 1922.

En octubre de 1921 acude al teatro Victoria de Isla Cristina para impartir una conferencia titulada “El verdadero concepto de la paternidad”, a la que acuden Alejandro Guichot, Ortega y Gasset y Manuel Siourot entre otros ilustres intelectuales.

Al año siguiente permuta su notaría por la de esta localidad y muda allí su residencia.

En esta ciudad, de una intensa actividad cultural , que le impacta por su actividad industrial y pesquera, muy lejos de la Andalucía agraria que conoce hasta ese momento, colabora con el Casino de la Unión o “de los pobres”, participa en la fundación del Ateneo local en 1926, escribe en varias publicaciones locales como La Higuerita —que continúa hoy en activo—, y redacta buena parte de su obra publicada.

En el plano personal, tiene sus dos primeras hijas —Luisa y María de los Ángeles—, realiza sus viajes a Portugal, Galicia y Marruecos —a visitar la tumba del rey andalusí Al Mutamid—, y tiene lugar el capítulo del zorro Dimas: Blas Infante rescata una cría de zorro de manos de unos cazadores, a la que acoge en su propia casa y con la que establece un paralelismo de incomprensión con el mundo que le rodea.

Blas Infante en aquellos años disfruta sin duda de la joven ciudad de isla Cristina que experimenta en esos años un despegue económico y social.

Municipio próximo a la frontera con Portugal enclavado en una península a orillas del Atlántico nos ofrece en la actualidad una variedad de actividades.

La ciudad fue fundada por pescadores de atunes y sardinas de origen valenciano y catalán, también tuvo población portuguesa.

En 1788 pasó a depender de la corono y tomó el nombre de ‘La Higuerita’ árbol que simboliza el nacimiento del pueblo junto a un pozo.

Cambió su nombre por el actual en 1834 en clara referencia a la reina María Cristina y en 1924 con la ilustre presencia de Blas Infante en la localidad recibe el título de ciudad bajo el reinado de Alfonso XII.

Su joven historia hace que destaque sobre todo su patrimonio natural, principal argumento de actividad de progreso incremento.

Sus calles llenas de vida son fiel retrato del desarrollo del siglo XX.

Sus casas como la de ilustres vecinos Diego Pérez Pascual, la casa de Hermenegilda Zamorano Soler, Román Pérez Romeo o casas patio tan maravillosas como la de San Francisco. Unas calles que mantienen la identidad que conociera Blas Infante.

La ciudad que no deja indiferente y quedará grabada en nuestra retina como un lugar donde se funden memoria y actualidad, la Andalucía trabajadora y abierta al mundo, la ciudad que acogió como si de un retiro se tratase a Blas Infante, antes que volviera a Sevilla al corazón del ajetreo político y el advenimiento de la II República.

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